En la era de los remakes, no es descabellado que se vuelvan a adaptar obras que en el pasado no fueron del todo exitosas. Es cierto que cuando se hacen este tipo de reinterpretaciones se deban tomar otros caminos para no repetir los mismos resultados, no sólo en el formato a presentar, sino en la historia que se va a contar.
En 1989, el mundo vio la adaptación de uno de los relatos más icónicos de
Stephen King con
Cementerio de mascotas - 43% dirigida por
Mary Lambert bajo un guión del mismísimo King. La crítica estuvo dividida, pues unos le dieron el voto aprobatorio, mientras que otros no dudaron en darle el voto negativo y por su parte el público, la convirtió en una pieza de culto.
Ahora, 30 años después,
Cementerio Maldito - 82% de
Kevin Kolsch y
Dennis Widmyer, con un guión de
Jeff Buhler y
Matt Greenberg , viene a darle un giro fresco al cuento original del maestro del horror. Pese a que está basado en el libro homónimo del autor, parte de la historia toma un rumbo diferente para darle una experiencia distinta a la audiencia a la hora de aterrorizarlos.
La trama versa alrededor del Dr. Louis Creed (
Jason Clarke), quien tras mudarse al pueblo de Maine, junto a su esposa (
Amy Seimetz ), y sus dos pequeños hijos, Ellie (Jeté Laurence) y Gage ((interpretado por los gemelos Hugo Lavoie y Lucas Lavoie), pronto descubre un extraño lugar entre los árboles, cerca de su casa, que comienza a volvérsele una obsesión. Los días parecen transcurrir en normalidad hasta que una tragedia toca a la familia: la mascota está herido de muerte. Hecho que los hunde en la desesperación y la tristeza. Un amable lugareño y vecino llamado Jud Crandall (
John Lithgow), sugerirá un método para “remediar” la perdida del clan, pero solo los conducirá a una cadena de horribles consecuencias.
Si hay otro elemento en el que coinciden los críticos, además del buen trabajo actoral, es en la parte visual con una fotografía elegante, que logra fundir la belleza de los paisajes de Maine con la atmósfera usual del clásico horror gótico. El diseño de sonido también es una parte importante de la película, y aquí consiguen utilizar el espacio del campo de sonido para crear tensión y miedo. Remarcan también que hay un equilibrio y tacto al tocar el tema de la pérdida, y cómo este dolor puede nublar la racionalidad del ser humano. El gato Church se roba el corazón de la audiencia.
Un reducido grupo de críticos señala que los mayores hallazgos de la película residen en que se apega al libro original con ciertos guiños a la cinta de 1989, y a que los directores no temieron mostrar en pantalla ciertos momentos que resultan perturbadores. La recepción general es positiva. A continuación les compartimos las reseñas más destacadas a nivel internacional:
Vilma Aida, de Cinescopia:
Aunque la estética de la película es más elaborada que la primera, no logra provocar miedo sino aburrimiento.
Francisco J. Tejeda White, de Moviementarios:
...me han hecho reír en más de una ocasión y no he sentido miedo por/de los animales. Lo cual se suma a la incapacidad de crear una buena atmósfera.
Manuel Mañero, de The Last Journo:
...invoca el espíritu de la primera, a la que homenajea constantemente con guiños inspirados, pero se desmarca casi completamente de su historia.
Luis Miguel Sargento Gómez, de Cine Más Comics:
...hace novedoso lo común. Y con esas novedades permite que el espectador sienta tensión constante y mantiene un ritmo vertiginoso...
Alberto Martín, de Hipertextual:
...sabe añadir su propia personalidad para que todo nos parezca original. Lo hemos visto antes, sí, pero nada de lo que aparece nos lo esperamos de esa forma.
Una meditación más oscura, más cínica y desconcertante que corta algunos rincones de la historia, pero asume riesgos sorprendentes que mejoran el final del propio libro de King y tendrá seguidores leales que debatirán sobre su impacto.
Esta mejora pierde algo de su frescura porque algunas de sus ideas, aterradoras en la década de 1980, se han vuelto viejas en nuestros tiempos de obsesión por los zombis.
Kok Yufeng, de The New Paper:
Es una película de terror bien hecha que seguramente complacerá a muchos, simplemente no logra abrir nuevos caminos.
Los actores son lo suficientemente fuertes como para dar vida a estas personas vívidamente, aunque sólo Lithgow hace que su personaje salte de la pantalla.
Ben Rolph, de Discussing Film:
Cementerio Maldito se pone debajo de tu piel y te hace cosquillas en la columna vertebral, utilizando tropos de terror para construir una película efectiva.
